El objetivo de esta serie de entradas es proporcionar un análisis detallado sobre la cuestión uigur y la situación de Xinjiang. Para ello, es necesario tener en cuenta aspectos como el contexto geopolítico, su encaje dentro de China o problemáticas como el terrorismo.
Por esta razón, cada entrada de esta serie se centrará en un aspecto concreto. Así, esta primera parte ofrece una perspectiva general de la región. En concreto, se centra en su posición geográfica con respecto a China y el mundo, su economía o la situación de la etnia mayoritaria, la uigur. A lo largo de las posteriores, en cambio, trataremos temas como la importancia de la región en las relaciones China-EE. UU. o las actividades del ETIM y su conexión con Siria.
La geopolítica de Xinjiang
Por su posición geográfica fronteriza, la Región Autónoma Uigur de Xinjiang es estratégica para China. En efecto, limita con Mongolia, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Afganistán y Pakistán. Sin embargo, es una región escasamente poblada: sus alrededor de 26 millones de habitantes están repartidos a lo largo de 1.665.000 km² de territorio.
A lo largo de la historia, la región fue un punto clave de la Ruta de la Seda: era la vía por la que los mercaderes europeos entraban a China. En la actualidad, el territorio es uno de los ejes del recorrido terrestre de la Franja y la Ruta. La iniciativa, inspirada en la antigua ruta comercial, pretende estimular los intercambios culturales y comerciales entre los países participantes.

La región en la disputa entre China y la India
La región también ocupa un lugar importante en la disputa territorial con la India. En concreto, por la ambigüedad de la Línea de Control, la demarcación provisional entre ambos países trazada durante la época colonial británica. En efecto, existen dos versiones de la misma: la Línea Johnson (1865), que discurre al norte de Aksai Chin, y la Macartney-McDonald (1861), que discurre al sur.

El enclave tomó protagonismo en la disputa entre China y la India a partir de 1959. Ese año, tras el fracaso de la Revuelta de Lhasa, el Dalái Lama se exilió en la India. En represalia, China decidió anexionar ese territorio a Xinjiang en vez de al Tíbet. Por su parte, el gobierno indio se opuso al cambio de estatus de Aksai Chin. En consecuencia, Nueva Delhi empezó a reclamar el traspaso del enclave como condición previa a cualquier negociación sobre la cuestión fronteriza.
Para más contexto sobre el conflicto entre China y la India, se puede consultar esta entrada.
¿Quiénes son los uigures?
Los uigures son una de las 55 minorías étnicas reconocidas por la Constitución de la República Popular de china. Es un grupo étnico de origen túrquico, que practica el Islam suní y vive sobre todo en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang. En menor medida, podemos encontrar poblaciones uigures en países como Kazajistán, Kirguistán o Uzbekistán. Tienen su propia lengua, el uigur, así como su propio sistema de escritura, una variante del árabe. Muchos de ellos se refieren a Xinjiang como Turquestán Oriental.

A pesar de que nunca se les ha reconocido la independencia, intentaron crear su propio estado en dos ocasiones antes de 1950. En ambas, constituyeron la República Túrquica-Islámica del Turquestán Oriental aprovechándose de su posición geográfica y la debilidad del gobierno central chino. En efecto, el primer período, entre 1933 y 1934, coincidió con un recrudecimiento de la guerra civil china, justo antes de la Larga Marcha. Por su parte, el segundo tuvo lugar en 1944, cuando China aún trataba de librarse de la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. En este caso, constituyeron la segunda República del Turquestán Oriental, que funcionó como un estado satélite de la URSS hasta 1947. Sin embargo, la región ha sido parte de China de manera ininterrumpida desde 1949.
La geoeconomía de Xinjiang
La región es la principal productora de algodón de China y una de las mayores productoras de dos variedades a nivel mundial. En efecto, su posición geográfica en cuanto a temperatura y luz solar le proporciona grandes ventajas en cuanto a producción agrícola. Sin embargo, los Estados Unidos acusaron al país asiático de emplear a mano de obra forzada en la industria algodonera. Por esta razón, la administración Trump ordenó el cese de toda cooperación con el Xinjiang Production and Construction Corps. Esta empresa, de gestión estatal, es la responsable del 17% de la producción algodonera de Xinjiang. Trataremos la polémica en torno al «trabajo forzado» cuando analicemos el papel de la región uigur en el conflicto China-EE. UU., en la próxima entrada.

Por otro lado, la región uigur y el Tíbet han sido dos de los grandes centros de interés de la lucha contra la pobreza. En concreto, las dos regiones han sido objeto de campañas de industrialización y fomento del desarrollo. Este tipo de iniciativas persigue mejorar la calidad de vida de la población y, así, reducir al mínimo el descontento. Sin embargo, la lucha contra la pobreza no está exenta de riesgos. Uno de los más graves es que estas iniciativas dependen en muchos casos del gobierno central y de las empresas del este. En consecuencia, no siempre son bien recibidas por los uigures de Xinjiang.
Las dificultades de los uigures en Xinjiang
En 1999 se lanzó la campaña del «Gran Salto al Oeste», cuyo objetivo era promover el desarrollo del oeste de China y reducir las tensiones entre etnias. Para ello, el gobierno quiso atraer talento de otras regiones con medidas como la flexibilización del hukou en la región. Sin embargo, miles de personas de etnia han se han instalado en Xinjiang desde entonces, de manera que han pasado del 6% al 38% de la población. Por esta razón, la campaña, provoca malestar entre la comunidad uigur.
Por otro lado, la lengua uigur ha sufrido un proceso de sustitución lingüística por parte del chino mandarín, a raíz de los avances en materia de alfabetización o la escolarización obligatoria, entre otros factores. Asimismo, los uigures también han visto limitados ciertos aspectos de su religiosidad. Por ejemplo, personal docente o cuadros del Partido en Xinjiang tienen prohibido participar en el Ramadán, igual que los niños en edad escolar o estudiantes. Las autoridades justifican estas restricciones como parte de su lucha contra el separatismo y el terrorismo, especialmente a partir de 2002.
Las consecuencias del «gran salto al oeste»
Como consecuencia, las tensiones entre uigures y chinos de etnia han han sido una constante durante las últimas décadas. La situación llegó a su punto álgido en julio de 2009, cuando estalló una revuelta que se saldó con 140 fallecidos, la mayoría de etnia han. El detonante fue la pelea entre trabajadores han y uigures de una fábrica de juguetes en Guangdong, que se saldó con 2 uigures muertos. Los disturbios estallaron en cuanto se conoció la noticia sobre dicho incidente, si bien no habrían alcanzado semejante magnitud de no haber existido tensiones previas entre grupos étnicos en Xinjiang.
Desde la revuelta, las autoridades chinas han tenido como objetivo reforzar su control sobre la región. Sus dos ejes principales de actuación han sido la lucha contra el separatismo y la prevención de la radicalización. Este segundo aspecto ha sido el más vital para China, debido a las actividades del Movimiento Islámico del Turquestán Oriental (East Turkistan Islamic Movement, ETIM), del que hablaremos en una próxima entrada.