La batalla por el Techo del Mundo
El Himalaya es una cordillera de gran importancia geopolítica. Tanto, que el control del territorio y sus recursos (especialmente el agua) es motivo de disputas entre los países del entorno. La más importante es el conflicto entre China y la India, que analizaremos a lo largo de esta entrada.
¿Qué sucede entre China y la India?
El conflicto entre China y la India está enquistado desde 1959, aunque sus orígenes se remontan a la época colonial. Sin embargo, ha tenido una intensidad variable desde la guerra de 1962, que se saldó con victoria china. Desde entonces, el último entrentamiento con víctimas se había producido en 1975, cuando una emboscada causó la muerte de cuatro militares indios. Los choques sucesivos no tuvieron consecuencias destacables hasta 2020.
El 15 de junio de ese año, soldados de ambos ejércitos se enfrentaron a palos y pedradas en el valle de Galwan. Según las primeras informaciones, el choque habría provocado la muerte de unos 20 militares indios y un número indeterminado de soldados chinos . Ya en febrero de 2021, Beijing reconoció oficialmente que cuatro soldados del Ejército Popular de Liberación habían perecido en la escaramuza. Asimismo, el gobierno chino también publicó su propia versión de los hechos, en la que acusaba a la India de haber «penetrado ilegalmente» en su territorio.
¿Por qué se enfrentaron así? La causa fue un acuerdo entre ambos países en 1975, que prohibe que las patrullas fronterizas porten armas. Una medida que ha resultado del todo insuficiente en este último episodio de tensión en la frontera sino-india.
La continuación de las tensiones
Pese a su gravedad, éste no ha sido el último choque entre ambos ejércitos. En efecto, China habría «cruzado ilegalmente» a la orilla sur del lago Pangong Tso, en Ladakh, la madrugada del 29 al 30 de agosto. Las autoridades chinas, en cambio, acusan a las tropas indias de haber hecho lo mismo. Según la prensa india, el enfrentamiento se habría saldado a favor de la India, que habría conseguido recuperar el dedo 4 del lago (mapa).

El punto culminante de las tensiones entre China e India tuvo lugar el pasado 7 de septiembre. Entonces, fuentes chinas informaron de que soldados indios habían tratado de cruzar ilegalmente la Línea de Control en Ladakh y que incluso habían efectuado disparos. Por su parte, fuentes del Ministerio de Defensa indio acusaron a soldados chinos de haber secuestrado a cinco hombres indios cerca de la frontera, en Arunachal Pradesh.
Desde entonces se han sucedido diversos llamamientos al diálogo, especialmente por parte de la diplomacia china. Al parecer, habrían obtenido resultados: los ministros de exteriores de ambos países han acordado recientemente desescalar las tensiones, después de que China gestionase la devolución de los civiles indios supuestamente secuestrados. El último paso en la desescalada fue la retirada de las tropas de ambos países del lago Pangong Tso.
El escenario del conflicto: La «Línea de Control» y la «Línea MacMahon»
La llamada Línea de Control es el extremo más occidental de la frontera entre China y la India, comprendido entre el límite de ambos países con Pakistán y la frontera con Nepal. También se denomina así a la línea fronteriza entre la India y Pakistán que discurre por Cachemira, fuente de conflicto entre estos dos países. El sector más occidental de esta demarcación incluye Aksai Chin, territorio integrado en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang que los indios reclaman como parte de su país.
Por su parte, la Línea McMahon es el tramo más oriental de la frontera entre China y la India, que discurre por el extremo norte del estado indio de Arunachal Pradesh, reivindicado por China, y por Sikkim, un pequeño enclave indio situado entre Nepal y Bhutan. Este límite se trazó en 1913 mediante el tratado de Simla, entre las autoridades de la República de China, el XIII Dalai Lama, Thubten Gyatso, y Sir Henry McMahon, secretario de exteriores del gobierno colonial de la India Británica.
Sin embargo, la frontera entre ambos países no se ha establecido de manera oficial. El único intento de oficializarlo fue un tratado de 1993 por el que China y la India se comprometieron a respetar los límites actuales, así como a resolver cualquier disputa fronteriza mediante el diálogo.

La indefinición de la Línea de Control y la Línea MacMahon es consecuencia de los vaivenes políticos que vivió la región hasta mediados del siglo XX. Para comprenderlos mejor, los analizaremos en una entrada independiente.
Aspectos geográficos y geopolíticos
La cordillera del Himalaya no es solamente el hogar de las montañas más altas del planeta. También es un accidente geográfico de gran importancia por varias razones. En primer lugar, el sistema Himalaya-Hindu Kush ejerce de frontera natural entre tres potencias nucleares: India, China y Pakistán. Su misma posesión de arsenal atómico ha favorecido los recelos entre ellas, aunque también ha servido como factor disuasorio para un enfrentamiento a gran escala. Sin embargo, se han ido produciendo disputas territoriales de manera recurrente, tanto entre China y la India como entre la India y Pakistán.
Asimismo, esta zona geográfica es rica en uno de los recursos naturales más valiosos: el agua. Allí nacen los principales ríos del continente asiático, como el Ganges, el Mekong o el Yangzi (o Yangtzé). Es decir, de esta zona depende el suministro de agua de cientos de millones de personas en el sur y este de Asia.

Al comprender importantes accidentes como la cordillera del Himalaya, ríos o lagos, el límite territorial se ve afectado por cambios ajenos al control de ambos países. El cambio climático podría precipitar este tipo de variaciones, a medida que vaya impactando en la geografía de la zona.
El tercero en discordia en este conflicto es Pakistán. Efectivamente, este país comparte frontera con China y la India en la disputada zona de Cachemira. Al mismo tiempo, es aliado del gobierno chino y el rival más acerrimo de la India desde la partición del subcontinente. La frontera entre los tres países discurre por Cachemira, el foco de las principales disputas entre indios y pakistaníes. En este caso, Beijing apoya a Islamabad, quien no cuestiona la soberanía china sobre Aksai Chin.
El factor tibetano en el conflicto entre China y la India
Finalmente, debemos hablar del establecimiento de exiliados tibetanos en la India para poder comprender el conflicto entre Beijing y Delhi. Su mera presencia en territorio indio es un motivo de fricción entre ambos países.
La India acoge una importante comunidad tibetana, formada por alrededor de 100.000 personas que, en su mayoría, huyeron de la Región Autónoma del Tíbet atravesando el Himalaya a pie. Entre ellas se encuentra Tenzin Gyatso, el XIV Dalai Lama, líder espiritual tibetano llegado a la India después de la fracasada revuelta de Lhasa de 1959. Esta comunidad está gobernada por la la Administración Central tibetana (CTA, por sus siglas en inglés), un organismo carente de reconocimiento internacional encabezado actualmente por Lobsang Sangay, primer ministro hasta las elecciones que tuvieron lugar entre enero y abril de 2021.

El exilio tibetano ha mostrado en diversas ocasiones su apoyo a la India en este conflicto. No en vano, Lobsang Sangay se pronunció a favor del gobierno de Modi, aunque su apoyo va más allá de las declaraciones públicas. Así, durante los últimos choques entre los ejércitos chino e indio se descubrió la existencia de una unidad clandestina de soldados tibetanos en este último. En concreto, se dio a conocer que un soldado tibetano falleció al ser alcanzado por una mina durante el choque del pasado 29 de agosto.
Paradójicamente, el colectivo ha sido el más perjudicado por la decisión india de prohibir WeChat en su territorio. Esta aplicación china es vital para su cohesión como grupo fuera de la Región Autónoma del Tíbet. Asimismo, WeChat también les permite mantenerse en contacto con sus familiares y amigos dentro de China.
Un conflicto de difícil solución
A corto plazo, es de esperar que el conflicto en la frontera entre China y la India continúe. En primer lugar, el cambio climático hará más difícil que se pueda definir la línea fronteriza con claridad. Asimismo, terceros países y actores no estatales se ven beneficiados por estas tensiones.
Sin embargo, es poco probable que imágenes como las del pasado mes de junio se repitan. Las dos partes se han comprometido a priorizar el diálogo, en virtud del tratado de 1993. En esa dirección apunta la retirada de efectivos de la zona fronteriza entre ambos países, vital para el reinicio de las conversaciones.